viernes, 27 de marzo de 2009

Decrecimiento Sostenible

Reiteradamente hemos de transmitir, junto a la concienciación sobre la gravedad del cambio climático, el optimismo, porque está en nuestras manos paliar la envergadura del desastre. Y efectivamente, coincido en que tenemos herramientas para cambiar el modelo energético y social que implica, así como el modelo forestal y proteger los bosques y plantar árboles.

La propuesta de Al Gore de fomentar el cambio promoviendo la producción de toda la electricidad con fuentes renovables en el plazo de diez años me parece audaz, posible y generadora de sinergias espectaculares. Por tanto, yo, que llevo años trabajando en el sector de la energía solar (además de promoviendo plantaciones de árboles y la asunción de responsabilidad ambiental) apoyo la iniciativa de Al Gore de forma entusiasta.

Sin embargo, me parece imprescindible resaltar una y otra vez que junto a las medidas de eficiencia energética y a la promoción de las renovables hemos de apostar decididamente por una reducción del consumo total de energía. Si aumentamos la eficiencia y las renovables, tal como hemos hecho de forma notable en España en los últimos años, aunque menos de lo necesario, pero al mismo tiempo aumentamos el consumo energético, como también hemos hecho en nuestro país... las emisiones globales siguen subiendo y el esfuerzo realizado no se tradujo en un beneficio para el clima.

Para que el esfuerzo no sea baldío, la promoción de las renovables ha de estar acompañada de una reducción global del consumo energético.
Tenemos tecnologías para avanzar hacia un escenario sostenible, pero no existe tecnología alguna para universalizar el modo de vida norteamericano, ni siquiera el europeo. O sea, que en el Norte hemos de cambiar nuestro modo de vida además de reverdecer el modelo energético, si queremos ser efectivos para el clima y si queremos que nuestra propuesta sea creible para los países que necesariamente han de crecer para alcanzar un nivel de vida mínimamente digno.

La crisis climática y la crisis económica tienen para mí un mismo origen ideológico: creer que podemos crecer ilimitadamente. Esto es algo que todas las ciencias tienen claro que es imposible, pero que la economía se niega a admitir, intuyo que porque se entiende que el crecimiento ilimitado es una premisa del sistema capitalista en el que vivimos.
Yo no sé si el fin del capitalismo está cerca, pero tengo claro que el sistema del futuro tendrá que asumir la imposibilidad del crecimiento ilimitado. O sea, que o el sistema se adapta a esta evidente premisa, o él mismo se labra su propio fin.
El desarrollo sostenible en los países del Norte es necesariamente decrecimiento sostenible y no tengo duda alguna de que al decrecimiento vamos, sea por la vía de la sostenibilidad o por la vía del batacazo.

El decrecimiento aún no vende, pero es nuestra única opción. En plena crisis, y evidentemente decreciendo, nos prometen salir de ella con medidas que nos hagan crecer de nuevo, craso error a mi modo de ver. Lo que yo pienso y comparto aquí es que necesitamos encontrar soluciones que apuesten por mejorar nuestra calidad de vida y asegurar nuestra soberanía energética y alimentaria, nada más estratégico, pero reduciendo el PIB de los paises más ricos. Esto contradice los discursos de gobierno y oposición, pero me temo que es nuestra única opción. Y todavía suena a disparate, pero para mí es mayor disparate pretender alcanzar la sostenibilidad con crecimiento continuado, por muchas renovables que pongamos en marcha.

En un modelo que opte por trabajar a favor de la corriente y planifique un decrecimiento sostenible indudablemente ha de incluir sectores que han de crecer, e incluso que han de crecer mucho, como las energías renovables y las explotaciones forestales sostenibles... pero globalmente, en el Norte, se ha de decrecer: o sí, o sí.
Debemos garantizar la comida, la sanidad, la educación y un techo. Pero no tenemos que defender que cada familia pueda contar con tres coches, siete teléfonos, dos viviendas secundarias, cuatro televisores, y quince mil kilómetros de autovías a nuestras disposición. Ésa no ha de ser nuestra meta, ésa no puede ser la meta de la humanidad.

Nuestas aspiraciones han de variar y nuestro modo de vida ha de cambiar drásticamente en los países del Norte y debemos saber transmitirlo si queremos aumentar la eficacia de nuestro mensaje frente al cambio climático. Y además podremos ser más felices, porque como dice la campaña de Ecologistas en Acción: "MENOS PARA VIVIR MEJOR".
Resumiendo: que para mí el desarrollo sostenible en los países del Norte es sencillamente DECRECIMIENTO SOSTENIBLE.

Un abrazo.

Rafa Blázquez
rblazquezm@gmail.com

1 comentario:

  1. Julio Rodríguez Saizmartes, agosto 04, 2009

    Amigo Rafa,
    Comparto todas tus opiniones. Y creo, o al menos me gusta pensar que es así, compartimos el 99% de la población mundial. Vivimos en la "Época del conocimiento" y parece ser que lo que nos falta a la mayoría de los animales humanos es precisamente eso; conocimiento de la realidad. Será que cada uno de nosotros vivimos en nuestra propia realidad. Todos somos egoistas, y eso esta bien, siempre que seamos capaces de tener el conocimiento de que nos necesitamos unos a otros y de que sólo tenemos un planeta para disfrutar. Ahora es momento de la acción, no debemos demorar mas tiempo nuestras actitudes. Son muchas las crisis; económica, energética, social,... Y pienso que todas las crisis tienen una razón; la ambiental. Es precisamente ahí donde está la solución a nuestra supervivencia como especie. Ahora lo llamamos simplicidad voluntaria,... decrecimiento,... Un fuerte abrazo para ti y tu familia. Sonia y yo ya somos tres. Se llama Silvia.

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